Entrevista a Ivana Morello por La Tercera

Large | el 05/01/11 a las 2:33 pm. | 14

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Hoy me encontre con una interesante entrevisat a nuestra amiga Ivana Morelo Campeona del Mundo Master que pareceio en la revista mujeres del diaraio la Tercera hace una pocas semanas atras. Pasen a ver esta entrevista despues del Salto

por: Josefina Strahovsky / Foto: Raúl Araya

«O gano, o me mato en esta ruta», ése fue el mensaje que mandó a su familia minutos antes de comenzar la que sería la carrera con la que ganaría su primer título a nivel mundial. Un mensaje un poco en broma, otro poco en serio y un 100% reflejo de la ansiedad del momento. Era la antesala para la competencia más importante de su vida, aunque sólo meses antes se había adjudicado un título panamericano. Ivana Morello estaba nerviosa. El recorrido que debía hacer en su bicicleta era peligroso, además ese día llovía, el terreno se sentía muy resbaloso y compitiendo junto a ella estaban las más importantes representantes del ciclismo femenino. Un escenario intimidante, ultracompetitivo y que exigía mucha técnica. Pero ese miedo inicial se transformó en la energía necesaria para dar el todo por el todo. Con ese espíritu ganó, en septiembre de este año en Camboriú (Brasil), el Campeonato Mundial de Mountainbike en la categoría master (de 45 a 50 años). «Cuando llegué no podía creer el nivel de las otras competidoras. Yo tengo un muy buen estado físico, confío en mi capacidad en las subidas, pero me es más difícil bajar y el recorrido tenía mucho de eso, requería esa técnica. Tuve que cambiar de planes; en general hago las cosas por instinto, pero esa vez lo hice todo bien estratégico. Cuando pasé a la vicecampeona, una noruega, en la subida de la última vuelta seguí sola. De ahí en adelante ni miré para atrás, pero sabía que iba ganando. No podía creer cuando llegué a la meta», cuenta.

Para llegar a derrotar a las mejores del mundo se preparó durante seis meses con un intenso régimen de entrenamiento que incluía nutrición, pesas y, claro, mucha bicicleta. Sobre sus dos ruedas favoritas pasa sagradamente tres horas al día, las que disfruta sin importar lo que pase. «Este es mi estilo de vida, y lo voy a hacer hasta que las velas no ardan», confiesa, y aclara que esta pasión no la inhabilita para gozar de placeres menos saludables: «No me gustan los extremos, entreno pero también me encanta salir, comer y pasarlo bien. Y eso es lo bueno del ciclismo, son carreras más cortas. Un día sábado voy, corro y estoy en la casa a la hora de almuerzo». Pero siempre la pasión por el deporte como norte.

¿Siempre fuiste deportista?
Desde chica, el deporte fue algo que siempre se me hizo fácil. Fui nadadora y patinadora, siempre compitiendo en torneos durante mi paso por el colegio. Una vez que salí, dejé un poco de lado esa parte y me dediqué a otras cosas. Fui azafata, me casé, me fui a vivir a España, tuve hijos (3) y estudié enfermería. Como enfermera trabajé en la Cruz Roja y en diferentes hospitales, como el Luis Calvo Mackenna. Y aunque era satisfactorio, siempre quería estar al aire libre, con otra energía. Está en mi sangre, en mis genes. Vengo de una familia superdeportista. Acabo de descubrir que mi abuelo también era ciclista cuando vivía en Italia. Y siempre sentí que era una obligación para mí inculcarles a mis hijos el amor por el deporte.

Y ahora eres campeona mundial, ¿Qué significó conseguir ese título?
A estas alturas la mayor parte es una satisfacción personal. Una confirmación de que el entrenamiento que estás haciendo vale la pena: la gran recompensa es saber que vas por el camino correcto. Recién este año comencé a participar en campeonatos de este nivel, y resultó todo increíble: primero gané el Panamericano y después el Mundial. Pero no sin esfuerzo, imagínate que fue recién en el 2008 que comencé con la bicicleta, y aunque esto me encanta ha sido un gran trabajo. Entrenando todos los días, siempre arriba de la bicicleta, esto fue como el premio a toda esa dedicación. También este reconocimiento es bueno para mis auspiciadores (Cannondale,Quaker, VTR, Jeep y La Tercera) que tanto me apoyan; es un orgullo para mí darles un título.

¿Por qué comenzó a competir profesionalmente recién a los 45 años?
Estaba dedicada a otras cosas, y no veía al deporte profesional como una alternativa. Jamás me habría imaginado que en esta vida iba a ganar un mundial. Pero una vez que me lo propuse siempre sentí que podía. Es que lo físico es sólo una parte, es el espíritu el que lo mueve todo. En estas carreras una ocupa mucho la cabeza, para superar el cansancio, el hambre y el miedo. Por eso creo que mientras más mayor soy, más herramientas tengo para vencer las limitaciones.

Podría decir que hoy la mayor parte de su vida gira en torno a la bicicleta
Sí, casi todo. En las mañanas parto con ir a dejar a los niños al colegio y hago mis cosas de ‘mamá’, pero después me voy al gimnasio y ya a las 12 estoy arriba de la bici entrenando… para después ir a trabajar a la tienda (Cannondale, especializada en ciclismo), donde sigo metida en el tema.

¿Cuáles son los sacrificios de dedicarle tanto tiempo al deporte?
Ninguno, es que esto es fantástico. Me encanta entrenar y para mí no hay excusas. Ni la falta de tiempo, ni el cansancio. A todos nos falta tiempo y vivimos cansados; pero qué mejor para mantenerte atento y con vitalidad que el deporte. A mí me pasa todo lo contrario: el sacrificio sería no entrenar. Con eso me amargo; este año me lesioné la mano y estuve en reposo unas semanas… me quería morir.

¿Se sale del libreto a veces con su dieta, por ejemplo?
¡Siempre! Me encanta ir a comer, mi dieta es simplemente alimentarme bien. Con el ritmo que tengo me puedo dar permiso para comer harto. Es que en esta disciplina se queman muchas calorías. Son tres horas todos los días sólo de bicicleta, y hay que reponerse con alimentos que te hagan bien y te den energía. Yo como muchas proteínas y carbohidratos, pero en general no me privo de nada. Ésa es la parte buena que tiene el deporte, que no tienes que preocupar de comer poco.

¿Cómo es el nivel de competitividad en el circuito femenino?
Por lo menos en la bicicleta es superfuerte. Cada vez las mujeres estamos más metidas en el tema del deporte, y con un mejor nivel. Y en mi categoría -45 a 50 años-a muchas les pasa lo mismo que a mí, porque ya los hijos están más grandes y tienes más tiempo para ti y para dedicarte al deporte. Hace cinco años eran muy pocas las que andaban en bicicleta. Ahora vas a Farellones y ves a grupos de mujeres (sobre ruedas). En general la gente está tomando conciencia de que el deporte es vida, que es lo más sano que hay.

Y que entrega paz mental también…
O sea, de todas maneras. Antes de ir al siquiatra, cómprate una bicicleta y sal a pedalear. El deporte te sirve para sacarte las cargas, los problemas de encima. Yo encuentro que es maravilloso. Ojalá todas las mujeres pudieran hacer lo que yo hago, quizás no al mismo nivel o no necesariamente en bicicleta, pero sí deporte en general. Cualquiera puede hacer esto, lo importante son las ganas. No importa si llegas a la meta en una hora o tres, o si te demoras todo el día.

El mundo de la bicicleta es bien de hombres, ¿Cómo te instalas ahí?
Es un club de Toby. Igual yo compito harto con los hombres, y es divertido, porque cuando los pasas, se pican. Te ven con pelo largo y te empiezan a hacer carrera, pero cuando se dan cuenta de que eres buena prefieren quedarse atrás para que no los pase una mujer (se ríe). Es un mundo bien masculino, pero con los años se les está haciendo un espacio a las mujeres.