Mega Trip :: La Ruta Gasuza

| el 14/08/12 a las 2:12 am. | 12

Hace unas semanas Martin Larrain, un amigo y apasionado del Montenbaik, me contaba de un «viajecito» que estaba preparando junto a dos bikers más, con destino Perú, Bolivia y Brasil. Dicho y hecho, Martin junto a sus amigos Sebastian Divin y Luis Felipe Maino volvieron y nos hicieron llegar fotos y un relato vivo de lo que fue esta gran aventura. «..3 amigos. 3 países. 2400 km recorridos. 1065 km pedaleados. Por sierra, selva y ríos…», pasen y vean fotos espectaculares junto con el resto del relato!

3 amigos. 3 países. 2400 km recorridos. 1065 km pedaleados. Por sierra, selva y ríos. Partimos en La Paz, Bolivia y terminamos en Cusco, Perú pasando por Brasil.. Nos aclimatamos a la altura a punta de cerveza. Bajamos por la famosa de la ruta de la muerte en Bolivia y encontramos varias aun mas mortales. Luchamos cuerpo a cuerpo con micreros y camioneros desquiciados. Vimos como cosechaban trigo y como secaban coca. Comprobamos que el hombre efectivamente desciende del mono. Sobrevivimos a las rusticas y poco transitadas rutas del norte de Bolivia. Cruzamos 5 pasos de montaña de más de 4,000 mts.

Fuimos los primeros en la historia en hacer la ruta del nevado Salkantay en bicicletas con alforja y sin apoyo. Cruzamos nadando los ríos Beni y Tambopata importantes afluentes del Amazonas. Comimos cocos, plátanos, naranjas y granadinas de la mata. Freddy –quien unas semanas antes había matado a alguien por robarle ganado- nos recibió con la misma gentileza con que llamo a la radio para que los familiares fueran a buscar el cadáver. Otro Freddy –un párroco- nos alojo en la iglesia de Puerto Maldonado. Sufrimos de mal de altura, de diarrea, de mal del packing y de bastante SIDA (Siento un Intenso Dolor Atrás) por la estrecha y prolongada relación con el sillín. Vimos papagayos, tucanes y monos. Fuimos picados por inmortales ordas de pájaras y nos tragamos 346 cada uno mientras pedaleábamos. Se nos rompieron neumáticos, frenos, parrillas, patas de cambio, alforjas y rodillas.

Comimos avena incondicionalmente y descubrimos su efecto ciruelax. Probamos todo tipo de comida callejera y helados (menos el de leche materna). Lavamos ropa y bicicletas en pelota en ríos infestados de bichas. Fuimos puteados y ayudados por los pacos corruptos. Nos colgamos de inmensos camiones madereros para pistear más rápido; Nos sacamos la chucha por la misma razón. Fuimos testigos de la explotación maderera y minera que afecta a la cuenca del Amazonas. También fuimos testigos de exóticos bailes de gringas enfiestadas. La gente se nos acerco intrigada por nuestra apariencia y huyo despavorida por nuestro olor. Alojamos en la selva, pampas, a orillas de ríos y carreteras, en la cumbre de cerros, en patios de casa y en potreros. Vimos cambiar el paisaje y clima en cosa de minutos.

Dormimos la mitad del viaje solo con sabanas y la otra mitad con sacos para -18 grados. Nos colamos a restoranes para ver algo de los JJ.OO. Nos hicimos caseros de los mercados populares en busca de la cocinería y comida perfecta con las 4 B; buena, bonita, barata y “bundante” como dice mi padre. Nos topamos y conversamos con gente de todo el mundo. Conocimos a Gabriel, “che” que llevaba 20mil km en una Yamaha 125 predicando la austeridad y el hippismo, mientras fabricaba pipas. A la falta de mochilas, caminamos con nuestras pertenencias en sacos paperos hacia Machupicchu.

Le hicimos dedo al monopólico y desgraciado tren y ya que no resulto hicimos un cara pálida eterno a los ávidos-de-fotos gringos que iban arriba. Vimos ruinas y quedamos en la ruina. En fin recorrimos s un pedacito de America a ritmo pausado y a escala humana; haciendo harto escándalo y cantando canciones charras. Viva la bicla!.

Sin duda una aventura de aquellas!! y para completar un poco más el relato, los dejamos con unas cuantas fotos mas. Que las disfruten!!!

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