Análisis :: Darlo todo

EUPATRIDA | el 10/02/15 a las 12:58 pm. | 12

COMPARTE

Facebook

Twitter

Whatsapp

“Me duele todo, ya no doy más con esa lesión en la muñeca que ni me he querido ver. Son las 7:00am del día sábado, a despertarse. En todo el mes ni me había caído y ayer me puse como 5 porrazos, puro antigrip! Se está yendo la confianza. Que hacer… me quedo viendo tele mejor? Toda mi familia en la playa y yo acá! � No las cagues, si ya hemos hecho toda la pega! A entrenar! La confianza volverá”.� Esos son solo algunos de los estados mentales previos al Andes Pacifico.

Cómo están mis amigos! Ha llegado el día, parte el Andes Pacífico Enduro, una de las carreras de enduro por etapas más importantes del mundo, Con la presencia de los mejores corredores del planeta. Como todo gran evento, en lo personal significó muchas carreras en paralelo, pero lo más duro fue conciliar una vida cotidiana con horario de oficina de abogado (9:00-19:00hrs) y un entrenamiento acorde. Cualquiera diría “no se puede”, “hay que conformarse con el finde”, “tómalo por la entretención”. Que les digo yo? NICA!

Tanto antes como después de ayudar a mi hermana en el Dakar he dado todo por tratar de llegar en un buen nivel. Han sido momentos difíciles, a pesar de no ser muy apatotado para entrenar, el hecho de tener a mis amigos más cercanos lesionados ha sido duro. Para partir un sábado a las 7:30am a entrenar, bancarse 7 subidas de andarivel solo o ir a Farellones en la semana durante la tarde-noche, no basta que te guste lo que haces, te tiene que apasionar.

Esa pasión y la fuerza de los sueños te dan la determinación. Mi vieja Klein del 92´, que compré como una obra de arte se ha transformado en una fiel compañera de intervalos y ascensos a Fare. � Piñon de 7 vel y horquilla de elastómero entre otros chiches me han hecho retroceder en el tiempo en los entrenamientos, y me demuestran que la diferencia no está en el equipo, sino en uno. O también la experiencia de bajar 4.000mts un día domingo absolutamente solo, en donde tus compañeros son las lagartijas y los pájaros. Momentos únicos para la reflexión.

La fuerza de voluntad juega un gran papel. Frente a la escases del recurso tiempo, sumado a la disciplina, la vida social pasa a ser de escasa a nula. Nadie te va a alabar por lo que haces, ninguna chiquilla te va a seguir por ser un masoquista enfocado en una carrera que a fin de cuentas es importante solo para ti. Nadie te va a reconocer nada. Es algo que hago por mi y para mi, para nadie más. Cual Ulises en la Odisea, en donde cubre sus oídos con cera y se amarra al mástil del barco para no sucumbir ante el canto de las sirenas, su humilde colaborador se amarra a sus sueños para vivir lo real a sus ojos, ser fiel a su esencia y no caer en las farras de verano y perder el norte.� Muchos se preguntarán, “vale la pena? Si hasta los mejores se van de farra antes de las carreras”. La verdad es que no lo sé, pero si es una forma de darlo todo el dejar lo que no es de ayuda.

Antes el tiempo me sobraba, y muchas veces lo desperdiciaba. Reclamaba “que hace mucho calor, que hace frio, que la bici está desinflada..bla bla”. Por mi falta de interés tanto en la disciplina que practicaba, como también en la rutina, desperdiciaba la luz, el tiempo y la vida. Aunque suene la cosa más loca del mundo, en este proceso me reconcilié con el sol. Aprendí a valorar cada rayo de él en mi cara, a tal punto de perseguirlo con todo mi esfuerzo hasta que el día se torna noche y debemos despedirnos. Al sol que tanto reclamé por mis problemas, lo espero ansioso cada vez que amanece para vivir un nuevo día y sentir el privilegio de respirar.

Todo eso te hace pensar que no se trata de una carrera que dura 4 ó 5 días y chao. Es mucho más. Ya en el proceso vamos descubriendo quienes somos, de que estamos hechos y de que somos capaces. Es muy duro llegar de la pega raja y partir a farellones o a hacer series de intervalos. Si nosotros no decimos “Si se puede” nadie lo hará por nosotros. Puede que mis condiciones más fuertes apunten al Cross Country, sin hacer tanto puedo estar ahí en la pelea, no así con el Enduro, pero tengo claro algo “Nada ni nadie puede decirme que algo es posible o imposible, si triunfo o fracaso siempre será buscando ganar, así ha sido siempre”. Y no es una actitud para la carrera, si de la nada nos mentalizamos así para correr, lo más probable es que lograremos ansiedad y no mejoraremos los resultados. Si queremos resultados distintos debemos hacer cosas distintas.

El esfuerzo quizás no nos transforma en súper héroes, pero si nos hace explotar nuestro potencial. El dar todo antes y durante nos hace un digno competidor, y a su vez dignifica y enaltece el triunfo de mi rival.

He corrido muchas carreras por etapas en mi vida, y puedo decir con seguridad que son las experiencias que más me han marcado y definido como persona. En cada momento de debilidad o tristeza evoco alguno de esos momentos únicos, recuerdo que los límites los ponemos nosotros y que no hay mayor satisfacción al final del día que haber dado el 100%.

Los invito a seguir sus sueños, a equivocarse, a fracasar, a perder…sin miedos. Pero siempre levantándonos y logrando una enseñanza.

Cada uno sabe cómo enfocar sus prioridades, a través de este breve relato solo quería compartir mi perspectiva respecto a un evento que a mi parecer es trascendente. Puede que el resultado no sea muy distinto tomando las cosas a la ligera o por el contrario dándolo todo. Pero tal como les mencione, es una gran satisfacción el hacer las cosas lo mejor posible dentro de nuestras posibilidades. Sea ganar o sea perder, pero sin excusas.

Un abrazo y disfruten del montenbaik!

Un especial agradecimiento a mi hermana Paula, quien hasta se postergó en el día de su cumpleaños por ayudarme. Al igual que a mis amigos Pedro Barroso y Nicolás Spalloni, quienes me ayudaron incondicionalmente.