Enzo Fantinati, El Mentor

| el 10/06/16 a las 3:14 pm. | 4

Hace solo unas semanas que todos recibimos la dura y triste noticia de la partida de Enzo Fantinati. Una gran pérdida para el mundo del ciclismo y para todos aquéllos que lo conocían o seguían de cerca.

Nuestro amigo Cristóbal Sahr quizó compartir recuerdos y momentos que vivió junto a este renombrado personaje, mostrandonos como fue que este hombre marcó la vida de muchos.

Por: Cristóbal Sahr

A penas escucho la noticia de que ha muerto Enzo Fantinati el cerebro se queda en blanco:

  • Un accidente, pedaleando
  • Pero, cómo?
  • Un camión. En Talagante…

Todo pasa muy rápido y cuesta procesar este tipo de información. Yo acostumbrado a vivir sin ver el noticiario y un poco ajeno a la contingencia nacional/internacional, cuando recibo este tipo de mensajes mi mente hace plop.

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Don Enzo se va, ya no está con nosotros. Y la mente se confunde entre la tristeza por su partida y una sonrisa por sus recuerdos. Recuerdos que voy rescatando desde mi disco duro cerebral: aparece su sonrisa eterna, picarona e irónica, sus gestualidad corporal, su delicadeza y elegancia para con una frase, dar un consejo. Su energía inmensa y sus ojos infinitamente apasionados por la bicicleta, el aire libre, la aventura.

Avanzo por las redes neuronales y así sin querer, van llegando imágenes de mis recuerdos de don Enzo:

Bajando la cuesta Lo Prado, uno de mis primeros pedaleos con el CicloClub, que emoción era para mi pedalear por primera vez en un gran pelotón. En medio del lote comienza la subida y aparece don Enzo. Pero como pedalea este viejo!!

Al rato comienza un descenso y se va a mi rueda, “buen pedaleo flaco”, me dice. Qué crack, qué manera de ver la adultez de otra manera después de conocerlo a él.

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Aparecen recuerdos de las fiestas Cannondale, la vida social, Enzo impecable, un eterno, siempre atento a la conversación, con Lería, Nelson, Pedro, Ivana, los de la casa. Riendo y revisando el estado de forma de sus rivales y compañeros del pedal.

Me acuerdo cuando nos encontrábamos de civil, en alguna tienda o restautante, siempre gozando el viejo, otra vez con Claus y la Chichi, Claus mostrando sus piernas marcadas buscando un signo de aprobación, “Qué fino estás Claus! Y tu Chichi siempre estupenda”.

Cuando lo entrevistábamos en CicloPro, siempre gozando en la productora cuando lo editábamos, siempre con Ennio Morricone de fondo musical. Cuando lo grabamos cruzando a Mendoza en bici, dándolo todo en la bici y rematando con un buen vino y sus clásicas canciones italianas en la cena de cierre.

En el regreso de la Vuelta de Chile, don Enzo con Von Chrismar, con los Gomez, ellos mostrándole el evento a él. Enzo era el referente para el regreso de la Vuelta a Chile a sus Vueltas, cuando él trajo a Festina, cuando construyó la memoria colectiva de los equipos europeos corriendo en Chile. ¡Si todavía se habla entre los ciclistas de esas vueltas! Todavía estamos marcados por esas historias.

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Cuando preparó su record de la hora, con Victor Garrido, trabajando silenciosamente en el velódromo: “Hagan lo que quieran, pero me ponen opera en la meta” exigía. El día del record, velódromo lleno, amigos, parientes, cómo vibraba Peñalolén ese día. Un chileno rompiendo el record mundial de la hora sobre 80 años. ¡Pero qué ambición, qué coraje!

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Los recuerdos van apareciendo fugaces, es evidente que todos quienes lo conocieron fueron marcados por el paso de don Enzo en sus vidas. Alguna historia, frase, risa escucharon de él, y es imposible no dejarla en la memoria.

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Como en una historia clásica, Enzo Fantinati simboliza la figura del mentor, del mago que aparece fugaz para proteger la continuidad de la cofradía, don Enzo simboliza una pasión por el ciclismo que es transversal, una liviandad de genio que solo se vive sobre la bicicleta, simboliza que sobre la bicicleta todos volvemos a ser niños, a vivir ese espacio libre de jerarquía y responsabilidad. Cómo en una historia clásica, su final es trágico y alegre, don Enzo era una fiesta en vida, su despedida sorpresiva debe ser lamentada, pero su ejemplo celebrado.

Pero el final de las historias clásicas no se quedan en lo evidente, el mago, el mentor, el maestro, nunca desaparece y siempre está presente en la memoria del héroe. Cual Obi-Wan Kenobi, don Enzo aparece cómo una voz interior donde su mensaje y sus infinitos recuerdos quedan como ejemplo para replicar, su actitud y espíritu hasta los ochenta y el infinito.

Gracias don Enzo, por que sin siquiera tener el ánimo de imponerlo, es un referente de todos los que solo una frase cruzaron con él.

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Comentarios y Opiniones: 4

  • leyenda, un maestro! buen relato Sahr!!

  • Lo conocí poco pero suficiente como para validar todas las palabras expresadas. Gracias Cristobal por expresarlo de forma tan fiel.

  • Gracias Cristobal, leo tu relato y me parece estar viendo a nuestro querido ENZO.
    Me siento tan afortunada de haberlo conocido, el cruce a Mendoza a su lado fue una maravillosa experiencia, disfrute escucharlo cantar en italiano, verlo alejarse en las bajadas de una cuesta con alma al viento, hombre sencillo y generoso, un galán a sus 82 años.
    Un grande ¡

  • 4
    Alejandra Baigorrotegui Responder
    .

    Que lindo recuerdo y que triste a la vez. Gracias por compartir. Fueron tantos momentos compartidos con este amigo del alma, que este articulo me lo llore todo, como te extraño amigo mío. Ídolo!!!!!

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