Aprendiendo a Rutear; La Previa D4C
Hola Soy la Sara.
A veces los objetivos finales también nos ayudan a planificarlos. Hace casi un mes pusimos en nuestros calendarios una fecha para hacer un ruteo de 155km, que lo nombramos «El desafío cuatros cuestas»
(D4C). Las cuatro cuestas en la mira son la Barriga, Mallarauco, Ibacache y la Zapata, y un no menor ascenso de casi 3.000 metros.El único con experiencia en ruta es Tomás por que sus inicios fuero de
lycra expuestaen el XC. Pedro y yo no tenemos bicicleta de ruta, pero no por eso nos quedamos de brazos cruzados!El jueves recién pasado fuimos a rutear, nuestra primera salida, donde atacamos las dos primeras cuestas para probar esta modalidad desconocida hasta ahora y también para saber más o menos a lo que nos enfrentaremos en este desafío….. Los dejamos con el relato de este bautizo de pavimento.
Vamos por parte…. La bici y los Team Partner
Entonces, el primer desafío era conseguir una bicicleta de ruta! Con facebook de por medio no fue difícil la misión, ademas porque Bici Usados se las jugó apoyando al 100% prestándonos bicicletas de nuestras tallas! ¿Qué mejor?
Se nos unió Joan Soro, el Lazy, quien se ganó el título de apañador deportivo vitalicio!!
Parte del desafió técnico o físico planificado, pusimos una sola regla… decidimos que lo haríamos sin apoyo o soporte. Sólo con lo puesto y cualquier cosa al almacén próximo. Esta regla también iba a correr para las cuatros cuestas, teníamos que comenzar a probar nuestra planificación y autonomía.
Ahora, se me aparecieron las siguientes preguntas como ¿qué llevar?, ¿cómo vestirse?, ¿dónde transporto agua?, ¿cuánta se lleva?…. El resultado:
- Lazy – full rutero: Lycra expuesta del team de Cataluña, zapatos de ruta, geles y caramagnola.
- Sarita – lycra/enduro: Lycra abajo, polera #endurofem, fijaciones de enduro, mochila Evoc.
- Tomás – endurero con detalles ruteros: Estilo ION relax enduro, mochila chica Evoc + botella de agua.
- Pedro – enduro total: Enduro bien combinado, mochila Evoc, sin botella para el agua.
A soltar los frenos y a sacar Km de pavimento en las ruteras
Mountain Works nos apoyó con el furgón para trasladarnos. Pedro se fue castigado con las bicicletas en la parte de atrás por pedirnos ser el último en recoger para poder descansar un poco más (¿de qué se preguntará usted?….. un Jueves feriado… oh siiii).
Y nos fuimos pue!!! Ahora los dejo con Tomás, planificador de la ruta para que cuente de que se trató esta mitad de desafió
D2C.Hace mucho que ando en bici y he pasado por muchas disciplinas del ciclismo, incluida la ruta. Cuando más chico era común irme a Curacaví, específicamente a Pataguilla, donde vive me abuela, a pasar semanas y semanas entrenado allá, rodeado de cerros y de carreteras muy tranquilas que son el paraíso para cualquier ciclista.
A pocos kilómetros hay cuatro cuestas pavimentadas; Barriga, Mallarauco, Ibacache y la Zapata, sin embargo nunca pude unir todas las cuestas en un sólo circuito, seguramente por falta de partners o por otras razones, son 155 kms con 3.000 metros de ascenso, no menor para hacerlo sólo. Hasta el momento las conocía todas por separado y fue en ese entonces que se me ocurrió plantear a los Trails and Friends que hiciéramos este circuito, pasando por localidades como Pataguilla, Peñaflor, Mallarauco, Bollenar, Casablanca, Curacaví y María Pinto, todo en un día sin asistencia externa.
Pedro y la Sara prendieron con agua, por lo que asignamos una fecha y empezamos los preparativos.
Ya en la ruta…
93 kilómetros con 1.200 metros de ascenso probaríamos que tal se comportaban mis partners. Así partimos desde María Pinto con un plano de aprox. 20 kilómetros que fueron muy útiles para que se acomodaran en este tipo de bici, las probaran y por supuesto enseñarles algunas técnicas básicas del ruteo, como ir a rueda, rodar en pelotón y trabajar cortando el viento. En el papel se veía fácil pero no exento de acción, tuvimos un par de percances pero sin consecuencias (CASI NOS ESTAMPAMOS UNOS CONTRA OTROS AL MÁS PURO ESTILO TOUR DE FRANCE).
Luego de rodar un rato conversando y jugando se nos apareció el primer obstáculo, la cuesta Barriga; larga, con una inclinación media que desgasta y que pondría a prueba las piernas a poco tiempo de la partida y que sería la primera de dos cuestas del día.
En lo personal subí rápido, me gusta probar las piernas y empece a encontrar mi ritmo. Ha pasado mucho tiempo que no subía esta cuesta y se me hizo más larga de lo que esperaba pero llegue a la cómodo a la cumbre, cuando a los pocos metros aparece Pedro muy sólido, un poco más atrás el «autista» Joan Soro.
A lo lejos veía a la Sara, subiendo muy de cerca de un rutero a quién pasó como si hubiese ruteado toda la vida. Nos reagrupamos, nos reímos, comimos diferentes snacks y partimos la bajada. El equipo partió tímido en un principio pero avanzada la cuesta nos relajamos y terminamos soltando los frenos sin miedo.
Ya en el plano debíamos conectar con Peñaflor a través de una antiguo camino y luego atravesar hasta la cuesta Mallarauco. Este plano se debería llamar «el plano de la Sarita», quien tomó la punta del grupo y no la soltó hasta Peñaflor, haciendo todo el trabajo y llevandonos a buen ritmo, subiendo el promedio de velocidad y disfrutando del paisaje.
De las cosas que más me gusta de rutear es pasar a través de los pueblos o localidades, como lo hace el Tour de France. Ver a la gente haciendo su vida, ferias, bazares, restaurants, etc. Es como atravesar costumbres y cultura; se escucha música, niños, y distrae un poco las piernas porque además se baja el ritmo.
Pasado este break tipo emocional/cultural/filosófico, seguimos en ruta y nos empezamos a acercar a la cuesta Mallarauco, 2,7 kms con casi 400 metros de desnivel, rampas promedio de un 10% de inclinación, con un peak cercano a un 18%. Toda una prueba para las piernas y para la segunda cuesta del día.
Nuevamente pongo ritmo adelante y Pedro rápidamente se acerca mostrando que venía impecables, incluso llegó más entero a la cumbre en un ascenso que es corto pero exigente. Luego Lazy llega un poco más atrás y la Sara aperrando sin parar toma su lugar en la cumbre. Nuevamente un reencuentro con caras entre felicidad y sufrimiento. Ahora sólo quedaba trabajar en equipo los próximos 60 kilómetros para llegar al punto de partida.
Bajamos con más confianza y en poco tiempo ya estábamos rodando en el plano, el eterno plano para llegar a Bollenar. En lo personal en ese momento comencé con malestares que días después me dejaría botado en cama y sin andar una semana entera, el culpable: un virus.
Pasar a un kiosko a comprar algo para comer y tomar es otro clásico de los ruteos. Pasar a esos pequeños locales en los caminos rurales, donde muchas veces un pan y una coca cola son un placer de dioses, y que pero ese día yo no toleraba nada, así es que traté de comer para no morir en el intento y me tomé un jugo.
Luego de reponer energías continuamos con los 50 kilómetros que nos quedaban, trabajando en grupo, como relojito, haciendo pasados y avanzando bastante rápido, no nos dimos ni cuenta y estábamos en María Pinto a un par de kilómetros de terminar este medio desafió, sólo de dos cuestas. De repente Pedro se transformo en Nairo (si no sabe quien es Nairo Quintana, averiguelo. Cultura general y ganador de la reciente vuelta a España 2016) y ataca dejando al grupo parado. Lazy sale a la caza detrás de Pedro, la Sara y yo nos vamos a un ritmo más tranquilo mirando una viña.
Al final del camino vemos una curva y el final del ruteo. Caras contentas, puñetazos y abrazos, esa satisfacción anónima (hasta ese momento), sin meta, sin micrófono, sin podios que vale mucho más que una medalla. Un día redondo arriba de la bici y con los amigos.
Con media ruta en el cuerpo, decisión tomada, sólo nos queda esperar el próximo Octubre para realizar la gran ruta, el D4C.
Ojalá se motiven a hacer el paseo, realmente es entretenido y vale la pena.
Nos vemos en el cerro!
T&F (Sara Donoso / Tomás Baeza / Joan Soro / Pedro Barros) - lostrailerschile@gmail.com
Lectura de fin de semana :: Aprendiendo a Rutear por Trails and Friends
Hace algunos días, subí el primer relato independiente de los Trails and Friends, donde nos presentamos y les dejamos nuestra salida en la 5ta costa «Atravesando el Valle de Los Picunches».
En esta ocasión les traigo otra escapadita que nos dimos, en donde cambiamos las MTB por las Ruteras. Si, leyeron bien, por las Ruteras, acá no es todo tierra señores.
Comprendo a todo ciclista que haya puesto cara de poco gusto, pero debo decirles que la disciplina es muy entretenida y hay muchísimo por donde rodar para ir de a poquito desbloqueando lugares y rincones de nuestro Chile querido. Lo que no he podido transar aún es la lycra expuesta, para mí lo más cómodo sigue siendo el short endurero siempre!!
Abróchese a la silla que partimos con una historia casual que salio de una conversación de pasillo.
Publicado el 11 de Agosto 2015
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