El ex campeón de descenso nacional, activista y embajador de Patagonia, trabaja hace más de 2 años en este proyecto en Aysén. A través de la habilitación de rutas y senderos busca revitalizar a comunidades rurales y transformar a la región en foco del mountain bike mundial.
Desde pequeño se ha dedicado al deporte y en su etapa adulta se ha caracterizado por un estilo de vida distinto al de la mayoría de las personas donde el cuidado por la naturaleza es protagonista. Así es Gabriel “Gabo” Benoit, activista medioambiental, embajador de la marca Patagonia y Specialized, guía de pesca con mosca y de mountain bike que vive hace 18 años en la región de Aysén, el sur de Chile.
Para el deportista, el mountain bike se convirtió en una de sus pasiones y lo ayudó a crecer y a convertirse en la persona que es hoy: “me enseñó que nada era imposible y que si me proponía cumplir metas las podía hacer y eso hasta el día de hoy es súper importante en mi” nos cuenta el Gabo.
Es precisamente esa determinación la que lo ha guiado los últimos 2 años en un nuevo proyecto que pronto podría ver luz: crear el Parque de Conservación La Gloria para hacer de Aysén uno de los destinos mundiales de la práctica del Mountain Bike, uniendo el deporte, la conservación, el turismo y las comunidades rurales en el fin del mundo. “Junto a Pedro Vial hemos estado empujando este proyecto. La idea también del parque es que haya un espacio para la comunidad de Villa Ortega”.
Ubicada a 34 kilómetros de la ciudad de Coyhaique y a 90 minutos del aeropuerto de Balmaceda, Villa Ortega es uno de los principales puntos de acceso de turistas nacionales e internacionales. Su geografía dotada de flora y fauna únicas, panorámicas inolvidables y cordones montañosos de cerros como La Gloria, transforman este territorio en un lugar perfecto para la habilitación de senderos y volverse así un imperdible para el ciclismo de montaña a nivel medio y experto.
La creación del parque es un trabajo de largo aliento y Gabo lo sabe. Ha vivido el tiempo suficiente en la zona para conocerla, al igual que sus problemáticas. Pero se debe comenzar por algún lado y en esta labor los más pequeños y el deporte juegan un rol fundamental: “queremos comunidades sanas. Que hagan deporte, que estén ligadas a la naturaleza, que aprovechen lo que tienen alrededor de ellos. Tienen un entorno que es único y ahí hay una oportunidad. Queremos enfocarnos mucho en la educación para los niños para que quieran ser partícipes de estas actividades y mostrarles la montaña y la naturaleza como un estilo de vida. Entonces así podremos formar guías e inculcar el deporte”, dice Gabo.
Actualmente, de los más de 100 mil habitantes de la región, el 20% pertenece al sector rural (Encuesta Casen 2017), un número importante que cobra mayor relevancia cuando se aborda una de las grandes problemáticas de las comunidades rurales de Aysén, como Villa Ortega. Debido a la falta de oportunidades laborales y a la pobreza multidimensional que llega al 34,4% (Encuesta Casen 2017) existe una importante migración campo ciudad, especialmente en las generaciones más jóvenes. En este escenario, quienes ofrecen mayores fuentes de trabajo son empresas vinculadas al comercio, agricultura, ganadería, caza y silvicultura (Biblioteca del Congreso Nacional). Esto lo sabe muy bien Gabo por eso está trabajando arduamente en concretar esta iniciativa que sería una alternativa y una respuesta a esta realidad. En este sentido, expresa que “los niños cuando crecen terminan migrando, pero nadie les ha dado las herramientas para ser un guía de pesca o un guía de montaña pese a tener la universidad ahí mismo. Al final la universidad que tienen ellos es la naturaleza. Cuando todo esto está abandonado, cuando no están los recursos para poder desarrollar estos lugares, quedan a merced de que sean explotados”.
La labor estrecha con las comunidades rurales puede generar grandes cambios no solo a nivel económico, sino también cultural y medio ambiental, un camino que Gabo está siguiendo con este proyecto: “la mejor manera de entusiasmar a la gente a que conserve y se interese a cuidar estos lugares, es que los conozcan. Hay que sensibilizar a la gente. Nosotros queremos empezar a trabajar en el mountain bike porque es lo que hacemos, pero el parque tiene que estar abierto a todo tipo de actividades outdoor” explica.
Esta iniciativa también busca dar un giro en el entendimiento de la conservación y los accesos en Chile donde muchas veces la solución comienza por cerrar espacios, y en esa línea según el activista, “no educas. No hay incentivo para nadie. Eso hay que empezar a cambiarlo. Nosotros queremos asegurar un acceso a la montaña, pero que sea seguro”. Así, La Gloria sería el primero de una serie de parques, ya que Gabo ya tiene en mira un segundo foco de desarrollo en la comunidad de Mallín Grande en el Lago General Carrera.
En general la zona de Aysén, que comprende más de 100 mil kilómetros cuadrados, tiene gran potencial para reutilizar antiguos caminos y habilitarlos como senderos deportivos revitalizando a las comunidades colindantes. Así era antes. Ahora solo queda historia: “Hace 100 años había familias que usaban estas rutas donde transitaban 3 meses moviendo los ganados hasta llegar a donde embarcaban. Entonces son rutas súper emblemáticas. Después aparecieron los caminos y los camiones y esas rutas quedaron al olvido y eso pasa mucho en todo Chile” recuerda con nostalgia haciendo alusión a los antiguos troperos, personas que trasladaban sus ganados arriba de caballos por el territorio.
Para hacer realidad este sueño, el ex campeón nacional de descenso sabe que hay una pieza clave: “Todo esto es para poder trabajar con comunidades rurales y queremos que el Parque La Gloria sea el primero de muchos y que siempre estén ligados a una comunidad rural porque creemos que es súper importante trabajar con las generaciones jóvenes de estos lugares”. Para ello, se busca hacer una reactivación desarrollando nuevas actividades como el turismo, así “estos senderos vuelven a dar vida y las comunidades se empoderan. A eso nos hemos dedicado. Más que construir senderos, hemos restaurado mucha ruta.” explica.
Actualmente y como una primera aproximación a este gran proyecto, Gabo ofrece junto a su empresa una serie de programas en terrenos de privados. Enduro, trail, travesías, producción audiovisual y una combinación de mountain bike y pesca, son algunas de las alternativas que los amantes de este deporte pueden escoger. Aunque se está haciendo en un formato más reducido, Gabo piensa en grande y busca generar un impacto mayor.
Además, Gabo también es parte de otras iniciativas en el país que buscan la defensa del medio ambiente, como es el caso del documental Lawqa donde mostró el daño que sufre la Reserva Mundial de la Biósfera Lauca producto de los relaves mineros abandonados y la explotación del bórax en el norte del país, los que ponen en peligro la biodiversidad del sector.
De momento, uno de los próximos pasos es abrir el parque bajo una modalidad que permita la sustentabilidad del mismo y el libre acceso a los habitantes de Villa Ortega. Por eso Gabo y su amigo Pedro están “ad portas de abrir una fundación y tratar de dejar el terreno con derecho a conservación”. Lo importante es empoderar a las comunidades y potenciarlas ya que, como dice el activista, “son ellas las que tienen una historia única que contar” que ayudará a mantener viva su zona.
foto: James Alfaro foto: James Alfaro foto: James Alfaro foto: Nicolas Vareto foto: Más Verde foto: Martín García de la Huerta
Un Seco, le deseo lo mejor en su proyecto, y ojalá siga pudiendo producir Documentales como Lawqa, para despertar la conciencia sobre los problemas ambientales de hoy como la pérdida de biodiversidad, son nuestro sufrimiento futuro…. y no muy lejano.
Slds
que grande!!!! me acuerdo cuando nos hablaba de la pesca con mosca y para mi era como que me hablaran de algebra cuántica de colores… a seguir poniendole bueno!!!!