Relato de un Nacional de Cyclocross 2022
Un tiempo buscando la medalla hasta que apareció la tricota.
Por Tomás Baeza
A modo de dejar registro de este día que seguro me acordaré para siempre y para ver más fotos del @andrewbrndwn !
7 am y antes del despertador ya estaba despierto, era el día, el tan esperado día. Quedaba mucho rato aún, corríamos a las 13:30, pero es día de carrera, de una importante, del nacional. Especialmente este más que otros por que sabía que podía ganar, habíamos hecho la pega, entrenamos, nos cuidamos, descansamos y llegamos como queríamos.
Llegando el circuito la guata estaba inquieta, saludando, conversando, con la cabeza mitad en lo que hablaba y mitad en lo que se venía.
Ver a la Simona correr y a los niños siempre es bonito, me acuerda las carreras cuando chico en donde lo único importante era pedalear y pedalear, antes y después de correr. Eso me relajó un rato, pero era hora de calentar y afinar los últimos detalles.
Hacía frio, calenté mal, no llevé rodillo, pensé que no lo iba a necesitar y me faltó. Por supuesto que escuchaba la cábala, la infalible barra La 12. Me sentía bien pero no se me pasaba el frío, llegue a vestirme y me faltaban alfileres y la @carobiehl (campeona nacional Master A) me salvó, tal vez tenían la magia ya que ganó en sprint también jajajaja.
Camino a la salida, momento único, ahora con retrato incluído, sonriente pero nervioso, tranquilo nervioso le dicen, nos separaron por categoría y estábamos listos. Largaron los elites y ese momento en donde se acaba el ruido y no importa nada más, «30 segundos» dijo el juez, miré hacia abajo y en nada estábamos en carrera.
Partí bien, dentro del plan de tomar la punta y no soltarla, quería correr adelante, me sentía bien y quería buscarlo. Empezamos a rodar y rápidamente con Renzo Corsini estábamos uno contra uno, como lo esperaba. Eso me dio confianza, no tendríamos nuevos actores y haríamos una carrera diferente.
No estaba fino en el manejo, veía la rueda de Renzo seguido aparecer de reojo pero yo avanzaba y buscaba mis líneas, mi ritmo y trataba de entrar en calor, pues el frío no se me iba. Quedaba carrera y esperaba entrar en calor. Escuchaba muchos gritos, de todos, reconocía voces y me hacían sentir bien.
No había visto cartel de las vueltas pero terminando la tercera lo vi, sería una carrera larga y quedaba mucho, más de lo que había estimado, pero estábamos bien y había que seguir. Rodamos sin mayores movimientos y cuando quedaban 4 vueltas un alambre se enredó en mi piñón, lo que me obligó a parar y sacarlo. En ese momento Renzo pasó adelante y vi como se iba, en mi cabeza pensaba en que no podía ser que una cosa externa comprometiera mi carrera, pero me sentía tan bien que decidí no pensar y pedalear a tratar de pillar.
Logré recuperar la rueda de Renzo, estábamos de nuevo en la lucha e íbamos por el título nuevamente. Apenas pude pasé adelante nuevamente y corrí desde adelante. En ese momento ya pensaba en cerrar la carrera, se acaba y había que buscarla, el sprint no era opción, quería ganar sólo. Armé una estrategia en mi cabeza y probé y probé y probé. Yo no estaba fino en el manejo por lo que tenía que buscar sólo a piernas, no con técnica.
Por más que traté Renzo no soltó, cada vez que intentaba estaba a rueda, manejando increíble como sabe hacerlo y doblando a fondo. Con toda esta información nos íbamos al sprint, la llegada era complicada y había que cuidar las líneas internas, llegando al caracol Renzo aparece con un ataque de aquellos que me tuvo en problemas, por suerte habían piernas y lo pude controlar, la clave era salir del caracol a tope y darle hasta la meta, esprintando con todo lo que tuviera, sin mirar al lado, ni atrás ni nada. Al entrar de la curva escuchaba los gritos de las personas que estaban ahí y sonaban tan fuerte que me imaginé que íbamos rueda a rueda, como esos sprints de foto finish del tour, nunca miré ni supe como íbamos.
Crucé la meta y grité desaforado, como loco, me imagino un globo llenándose de aire y que explota, toda esa energía fuera y apenas bajo los brazos empiezo a llorar, descontrolado, sin poder respirar casi, sin asimilar nada, sin entender nada. Veo a la Simona y la abrazo, luego llega la @isadorastockins y nos abrazamos los 3. Lo habíamos logrado, todo funcionó, cada minuto arriba del rodillo pagó, cada salto en el gym sirvió, cada detalle finalmente pagaba y era tiempo de celebrar.
Recibí un millón de abrazos ahí, muchísimos mensajes, varias llamadas, muchos saludos y felicitaciones, pero lo que más me reconforta es cuando me dicen que esto inspira a que otros pueden lograr sus propios triunfos, tal vez sin medallas y ni metas, pero de esos que al recordarlos te sacarán una sonrisa para siempre.
Se que es largo pero es para no olvidar detalles que tal vez no me acuerde en el tiempo. Pero creo que una vez más confirmo que haciendo la pega, visualizando, creyendo y siendo constante uno puede lograr cosas grandes, para uno, lo importante es encontrarse, vivirlo y disfrutar de ese proceso. Las medallas, resultados, tiempos, tricotas se olvidan, el haber conseguido algo, esforzarse y cumplir es lo queda. (Soy malísimo en esto de los consejos, pero espero que se entienda)
Dejo hasta acá el relato de este día, orgulloso digo el día que fui CAMPEON NACIONAL DE CYCLOCROSS MASTER A.
Es imposible que no se me pongan los ojos llorosos escribiendo.
Mención honrosísima al team #dalecampeondalecapeon del carrete after nats @mai_parodi @pabloidc @_ichnat @maurijoe @nomedalomismo @andrewbrndwn @mackrozas y la lolita. El que no vino no sabe de lo que se perdió, no sabe.
Y por supuesto a las marca que hacen que esto sea posible, la Nave espacial única SPECIALIZED, a la hidratación para celebrar los buenos momentos que nos da la bici CERVECERÍA KROSS, a ORANGE SEAL que permitió que no pinchara y TANNUS con su protector que ayudó a buscar la presión perfecta de neumáticos, OUTSIDE y sus marcas, a GARMIN que ayuda a que todo el proceso se registre y se cumpla como el coach quiere.
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