Lectura de Fin de Semana :: Esta es nuestra historia: del Monolito al Cape Epic

| el 11/04/15 a las 5:17 pm. | 50

Amigos Montenbaikers, les dejamos con este excelente relato de esta pareja de Montenbaikers Chilenos, ponganse comodos, tomen un cafe, y leanlo completo. No se arrepentirán.

Esta es la historia de nosotros, la Paci, mi compañera de vida y bici, y mía, Eugenio o Parra como me dicen, dos amantes del cerro y las bicicletas.

Todo comenzó hace un poco mas de dos años cuando la Paci, que llevaba un par de meses pedaleando y me acompañaba los fines de semana al Monolito o al Huinganal, me comenta que mientras yo esté en la fecha de Puchuncaví del Campeonato de Enduro de 2013, ella irá a su primera carrera: la Hi Tec Outdoorsweek en Cerro Castillo, que se corre en la Carretera Austral y dura 3 días.

Me sorprendí de su decisión, ninguno de los dos sabía si estaba preparada física y técnicamente para ese desafío, y por otro lado no sabía (y aún no sabe) ni siquiera inflar una rueda. Pero nos motivamos y partió.

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La experiencia fue tan buena, y los lugares recorridos tan impactantes, que sentimos que debíamos vivir una experiencia parecida a esa juntos, y nos inscribimos a los 3 días del Transandes Challenge del año 2014. Entre una y otra carrera tuvimos casi dos meses para prepararnos mejor y fuimos con la expectativa de terminar el medio Transandes. Fue increíble, gozamos cada minuto de la carrera y compartimos con gente que estaba en la misma. La Paci se pudo probar y comprobar que podía exigirse al máximo y al mismo tiempo disfrutar.

Días después me tocaba el turno a mi en la primera carrera de Enduro por etapas que se hacía en Chile, la reconocida carrera a nivel mundial Andes Pacífico. Para mi lejos la mejor experiencia que cualquier amante del Enduro podría tener arriba de una bicicleta, especiales de lujo, un nivel altísimo de corredores, con un ambiente único, y más encima, en el mejor lugar del mundo: Chile. Fueron 4 días inolvidables, compartiendo con amigos y solamente preocupado de una cosa: andar en bici. En estas carreras pasa que uno se aleja de la realidad y todo lo que uno hace, conversa, siente y sueña es la bici, que mejor.

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Y así, poco a poco, fuimos tomándole el gusto a las carreras por etapas, video que veíamos, quedábamos alucinados.

En mayo de ese mismo año fuimos al Atacama Challenger y nos inscribimos a la BC Bike Race en Canadá, carrera de 7 días en el corazón del British Columbia que se hace a fines de junio. Es una mezcla de XCM con Enduro, podría llamarse una carrera de «trail». Esta carrera se la recomiendo a cualquier amante del Mountainbike, sea cual sea su disciplina. Es para gozar de principio a fin, con senderos únicos, especiales de Enduro durante cada etapa, viajas a través de paisajes increíbles y coronas en Whistler.

Esta fue una prueba realmente dura para la Paci, su técnica no era la mejor y esta carrera exigía a cada segundo estar concentrado y aplicando todo lo que uno sabe. Cuento corto, la Paci partió con un nivel y terminó con otro totalmente distinto. Fue como entrenar técnica por 2 años concentrado en 7 días. Partió con un par de moretones en las piernas, al día 5 las dos piernas estaban enteras moradas, nunca había visto nada igual.

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Al llegar a Chile, ya nos habíamos enterado que habíamos ganado un cupo para participar en una carrera llamada Cape Epic. Para ganarse un cupo, de los 600 disponibles, es necesario participar en una lotería en donde concursan miles de personas, es muy difícil quedar y jamás pensamos que nos iba a resultar. Postulamos un par de horas antes del cierre sin ninguna expectativa. Algo sabíamos de esta carrera, habíamos visto videos de gente llorando, agonizando y casi muriendo. Le dije a la Paci que era puro marketing, que manera de estar equivocado.

Un par de semanas después la Paci recibe un email de la Absa Cape Epic informándole que había ganado un cupo para la carrera y que ésta sólo se corre en duplas, por lo que era un cupo para dos personas. No lo podíamos creer…y lo más importante, nos quedaban menos de 10 meses para prepararnos.

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Este fue el momento en que la Paci me dice que si queremos terminar esta carrera, sería necesario entrenar con algún tipo de plan más profesional, por lo que ingresamos al club deportivo Route. Este lo lidera el entrenador Gabriel Iriondo. También optamos por un plan de nutrición a cargo de Felipe Araya.

Pasamos de entrenar 8 horas semanales, a 12, y en los últimos 3 meses entre 15 y 17 horas, más 2 días de preparación física. Subíamos 2 o 3 veces a Farellones a la semana, más los días de cerro. Hubo que hacer algunos ajustes a nuestra vida, pero como todo, mientras más cuesta, más se disfruta. La Paci había renunciado a su trabajo hace un tiempo para independizarse y tener más tiempo para disfrutar la vida. Mi trabajo, por otro lado me permitía tener tiempo suficiente disponible.

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El año pasaba rápido, entre algunas carreras de Enduro y XCM llegó diciembre, mes en donde se desarrolla una de las carreras por etapa más linda en nuestro país. El desafío Cerro Castillo en las cercanías de Coihayque. Carrera de 3 días de relativamente con unos paisajes únicos y una camaradería de lujo. Esta fue nuestra primera prueba con algo más de entrenamiento. El resultado fue muy bueno, terminando en tercer lugar de la categoría dupla mixta.

Ya en enero, nuevamente llegaba otra prueba importantísima, el Transandes Challenge, 370 km con 11.000 de ascenso acumulado, esta vez correríamos los 6 días y en categoría Open Mixed, la más pro. Anduvimos realmente bien, sintiéndonos como nunca, con algunos días en el podio, llegando después de las leyendas del Mountainbike nacional Claus Plaut y Chichi García, la Paci figuraba dentro de las 4 mujeres más rápidas de todo el Transandes, no lo podíamos creer.

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Un mes después, había llegado la hora de partir rumbo a Sudáfrica para el gran desafío de nuestras vidas, el famoso Cape Epic.

Llegando a Cape Town, lo que más sorprende es la importancia que tiene el Mountainbike y el Rugby en ese país, sales del aeropuerto y lo primero que vez son dos paredes gigantes pintadas del Cape Epic, las paredes son del banco que auspicia la carrera, ABSA. Lo mejor de todo es que muchos del los ex jugadores de los Springbox, selección de Rubgy de Sudáfrica, corren el Cape Epic. Es como si en Chile Bam Bam o Marcelo Salas corrieran Andes Pacífico o el Transandes, suena un poco raro. Luego, al ir camino al hotel, carteles por todos lados de la carrera, es como si se hiciera un mundial de fútbol en Chile. Con decirles que el primer día del prólogo fue transmitido de forma íntegra por televisión abierta, para no creerlo.

Llegamos varios días antes para adaptarnos al horario y ver si podíamos reconocer algo del circuito del primer día. El punto de encuentro diario de todos era el puerto, lugar donde se desarrollaban las conferencias de prensa, y todo giraba en torno a la carrera. Había una especie de «hall of fame» con la cara y frases de los cracks. Nos sorprende ver a Cristopher Sauser y Yeroslav Kulhavy, actual campeón olímpico de XCO en sus frases decir que para ellos ésta carrera es la más importante del año. Es la única carrera, o de las pocas, por etapas que da puntos UCI.

Una par de días después, se celebró la comida con presentación de los países, al entrar vemos un par de banderitas chilenas en algunas mesas, indicando que estamos por primera vez presentes. Hay más de 62 países en competencia, incluso un par de corredores de Islandia, me pregunto dónde andarán en bicicleta. Al mencionar Chile, el animador vuelve a recordar que es la primera vez que nuestro país participa. Nosotros disfrutando felices, nos encontrábamos en una mesa con unas italianas e italianos, los cuales tenían varios «Trans-Alps» y algunos «Titan Desert» en el cuerpo. Al preguntarles por las otras carreras como se comparaban con esta, les sale una leve sonrisa contestando que las otras son carreras bien duras, pero lo que íbamos a vivir era algo que no se podía comparar con nada.

El día previo a la carrera fuimos a buscar los números. Llegamos a un lugar lleno de carpas en donde te entregan tu kit de carrera, los bolsos donde debes guardar todo para la semana, los cuales eran «Evoc» customizados Cape Epic más «challeros» que las pintas del «durazno» el día sábado, el «tracker» que servía para saber tu ubicación durante toda la carrera, tanto la organización como para tu familia o amigos, además tenía un botón de «emergency», en caso de necesitar evacuación o algún tipo de ayuda, varias cosas más como un tarro de vaselina «mmmm curioso», y los stickers para pegar en el cuadro con la elevación y distancia de cada día que venían con una frase, la cual se las voy a juntar con la descripción de cada día.

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Día 1 Prólogo – 20 km 600 m de ascenso acumulado- «Glory lies ahead. There’s no turning back now.» La Gloria está por venir, ya no hay vuelta atrás.

«Que buenas sensaciones»

Llegamos al lugar del evento, parecía que estuviéramos en el Tour de France o algo así, 3 helicópteros, lleno de pantallas gigantes, «challa» por todos lados. Te subían al partidor y anunciaban tu país y al equipo. Era una contrareloj básicamente para ver en qué lugar del pelotón ibas a partir los días que venían.

¡Largamos! Cámaras de televisión por todos lados, gente alentando y animadores en todas partes del circuito anunciando que éramos los primeros chilenos, adrenalina al máximo, íbamos a fondo, el circuito era bien rápido, pero con bajadas bien técnicas, cruzamos la meta felices. Habíamos hecho buen tiempo, o eso creíamos… Tiempo 1h15m. Al llegar te reciben la bici y se la llevan para lavarla y te la entregan al otro día impecable. Luego pasas a una carpa donde tienes de todo para comer y recuperarte con unos sillones espectaculares.

Viajamos al próximo campamento en una van para 8 personas, éramos 4 teams, 2 de Brasil, 1 de España, y nosotros. Todos muy buena onda, nos vamos muertos de la risa comentando lo que había sido este día. Llegamos al campamento, era impactante, una verdadera ciudad. Más de 70 mecánicos, carpas de todo tipo, las campers de los pro con sus respectivos mecánicos masajistas y todo lo que se puedan imaginar.

Infierno

Día 2 Elgin – Elgin 113 km 2800 m de ascenso acumulado. «Legends are forged during days like today.» Las leyendas nacen en días como hoy.

«En qué nos metimos»

Despertador 5:00am. Despertamos con la adrenalina al máximo, hora de largada 7:20am, en el grupo de partida F. Estábamos en el lugar 436 de la clasificación general y 33 de Equipos Mixtos (de un total de 64), el nivel de los corredores era altísimo.

Todo oscuro, ya la cosa era tenebrosa. El pronóstico era de probables chubascos con temperatura agradable. Nos encajonamos, helicópteros en el aire, música a tope, el animador alentándonos con una canción que fue creada para el evento, llamada «indestructible». Nos decía que éramos indestructibles… Si, claro.

¡Partimos! Después de varios kilómetros, subidas y bajadas y cerca de 2 horas de pedaleo, llegamos al abastecimiento 1, era como entrar a pits, animador con buena música, aparte de tener lo que te imaginaras para comer, había una carpa con paramédicos, más adelante te aceitaban la cadena, y te limpiaban los lentes. También había una carpa sram donde te podían ayudar con lo que sea, incluso prestarte una bici. El sueño de cualquier mountainbiker. Después de varios kilómetros empieza una subida eterna, llena de bolones, bastante técnica, vistas increíbles, estábamos con las piernas frescas, por lo que no fue mayor problema. Bajadas técnicas, pero rápidas. De apoco notamos que el tiempo empieza empeorar. Pasamos el abastecimiento 2 y de un minuto a otro, empieza un viento infernal con un poco de lluvia, llevábamos mas de 4h30m pedaleando, veo el gps y faltaba la mitad de km y desnivel. Miro a mi alrededor y ya nadie se reía, el tiempo seguía empeorando, entra una niebla del terror en que se podía ver solo unos metros hacia adelante. Nos pegaba la lluvia de frente con todo. «Me imagino que si la cosa empeora, la organización suspenderá la etapa»…. Que iluso, se me venían imágenes de los videos que había visto, no era nada agradable. Pasamos las 6 horas y no nos quedaban muchas fuerzas, estábamos mojados de pies a cabeza, mucho frío, pero sabíamos que no faltaba mucho. Pasamos a los primeros corredores medios moribundos en que uno empujaba del otro, la cara de ambos desfigurada, eran argentinos, los saludamos y solo uno contesta, el otro estaba ido. Llegamos a la meta en 7h56m. Muy asustados, desgastados y con las bicicletas que habían sufrido bastante. Nos duchamos y me doy cuenta que el lavado de las bicis no iba a ser suficiente, necesitaba un mecánico. Llevaba algunos repuestos para yo hacerles mantención, pero el aporreo de las bicis no lo veía desde el Andes Pacífico. Primera etapa y las pastillas de freno ya estaban gastadas a la mitad. Llego a una carpa donde un tipo me atiende muy amablemente y me recibe las bicis.

Al caer la tarde sigo asustado, se me quita el hambre, creo que mi cuerpo está diciendo algo…..

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Día 3 Elgin – Elgin -92 km 2300 m de ascenso acumulado- «Welcome to the edge of your endurance, enjoy the view» Bienvenido a la cúspide de tus capacidades. Disfruta la vista»

«No era ruteada la carrera?»

Luego de que lloviera toda la noche con un viento infernal despertamos, con una sensación no muy agradable, nos miramos con la Paci, y me dice que tenemos que poner más de nuestra parte si queremos terminar esto. Vemos la hora de largada y era un poco antes, no nos habíamos percatado que habíamos avanzado bastante en la clasificación general, al puesto 384. Nos encajonamos, y vemos a los argentinos del día anterior, uno se veía que no estaba bien…. Fue la última vez que lo vimos. Abandonaron ese día.

Mismo show…Helicópteros…Canción Indestructibles… Jajaja.

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¡Largamos! Comienza la etapa con un viento del demonio, al menos no llovía, algunos kilómetros más adelante, el viento tiende a disminuir y comienza una subida muy bonita en un bosque con unas vistas maravillosas hacia un valle lleno de viñas. Veo el amanecer en África y miro a mi lado que está la Paci, doy infinitas gracias por lo que estamos haciendo, es realmente algo maravilloso. Llegamos arriba y todavía quedaba algo de niebla que se iba disipando a medida que pasaban los kilómetros. Bajada no muy técnica y rápida. Luego del primer abastecimiento, la cosa se transforma en un sendero espectacular de subidas y bajadas bastante técnico. Luego de más de una hora y media en el sendero, pese a todo lo espectacular, quería que terminara, los kilómetros avanzaban muy lento y había que ir muy concentrado….. «No era ruteada esta carrera?» Hasta el momento era puro sendero. Luego del último abastecimiento la cosa se puso más difícil, el calor infernal, la Paci estaba muy agotada, ya no hablaba, yo por otro lado, casi igual, llegamos a la meta en no muy buenas condiciones. 6h56m. Veíamos que se complicaba cada vez más el panorama. En dos días de carrera, habíamos andado lo mismo que el entrenamiento intenso de una semana. Al menos, recupero el apetito.

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Día 4 Elgin – Worcester 128 km 2300 m de ascenso acumulado. «you’ll hurt, you’ll cry, you’ll live» Te va a doler, vas a llorar, vas a vivir

«Es una etapa de transición»

La tarde anterior habíamos conversado con gente que nos decía que la etapa de hoy sería más ruteada, esta vez si que si, y que era una etapa de traslado rápida…..seguramente.

Largamos igual de asustados que todos los días, esto era como ir a la guerra, los pro tenían su carrera aparte, eran 200 corredores aproximadamente, el resto, que eran 1000 corredores estábamos en una lucha constante por sobrevivir, nada más. Acá no era como en otras carreras, en donde un corredor de puede demorar 15 horas y es el héroe al final del día. Acá si no llegas al corte, el cual era bien ajustado, te cortaban el número y para la casa, a llorar a la carpa, ya no eras «finisher», podías seguir andando, pero pasabas a ser un «non-finisher».

La primera parte fue rápida, algunos senderos, pero de muy fácil andar, sin ser trabados ni nada. Los kilómetros pasaban rápido, ya estábamos cerca de la mitad, que alegría. Llegamos al segundo punto de abastecimiento y el calor se vuelve infernal, fácil 40 grados. Llevábamos más de 4h30m de pedaleo. Sabíamos que quedaba una subida y el resto se veía semi plano. Empieza la subida y al rato vemos en la punta del cerro a corredores que parecían hormigas, era demasiado lejos. Comenzamos la subida y el calor era inaguantable, veo a un corredor tirar la bici a unos arbustos y empieza a gritar, estaba ido. Lo único que me mantenía cuerdo era terminar esa subida, sabía que después venía fácil. Llegamos arriba con la energía que nos quedaba, veo lo que había al otro lado y no se veía nada fácil, un descenso lleno de piedras filudas, gente arreglando pinchazos y otras cosas. Empezamos a bajar y siento que estoy sin nada. Igual me trato de mantener pensando en que viene algo de ruta. Llegamos abajo y el sendero se ponía cada vez más difícil, lleno de arena suelta. Llega un momento en que nos tenemos que bajar de la bici y caminar por una bajada de arena de 4 km con los pies enterrados, veo a mucha gente al borde del colapso, yo estoy igual.

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Deben haber como 45 grados, esto no da para más, me topo con unos españoles que habíamos conocido en días anteriores y les digo que no puedo seguir, ellos me dicen que desde ayer están buscando pasajes de regreso, que esto los sobrepasó. Ellos también habían ido el año anterior al «Titan Desert». La Paci había quedado atrás, yo literalmente estaba muriendo, empecé a delirar, en eso veo a la Paci tratando de andar por la arena con la bici de un lado para el otro y me dice «mira Eu, si agarras vuelo igual se puede andar» y nos pasa riendo. Los españoles me miran y me dicen «que mujer que tienes de partner tío», yo no lo podía creer, como sigue en pie y contenta. Un poco más allá se acaba la arena, pero ya no doy más, empiezo a llorar y no se por qué, veo a la Paci a lo lejos y le digo que no puedo seguir y que me voy a retirar. Llevábamos casi 7 horas de pedaleo. Me dice que lleguemos al próximo abastecimiento y veamos, que podemos hacerlo y que desde Chile nos están mandando fuerzas, que hay mucha gente apoyándonos, que nuestra familia y amigos nos están siguiendo con el tracker y saben que estamos complicados, por lo que están con nosotros en la ruta.

Yo veo el gps y marcaba más de 4000 calorías, no podía ser. Llegamos al abastecimiento y me encuentro un poco mejor, los paramédicos tenían a un corredor al parecer deshidratado y estaban, junto a su partner tratando de revivirlo, el resto de la gente tenía la vista ida, esto era una carnicería. Nos quedaban 30 km todavía, la Paci también estaba llorando, yo creo que era por tener que aguantar mis mariconadas. Nos miramos y partimos. Por suerte la cosa se ponía más ruteada, nos metemos en un buen pelotón y llegamos a casa sin nada…. Cruzamos la meta en 8h42m nos quedamos unos minutos sin hacer nada, yo no sabía si me iba a desvanecer o colapsar. La gente de la organización nos preguntaba una y otra vez si nos encontrábamos bien. No podíamos hablar. De apoco vamos volviendo a la vida, fue un día de aquellos…. Me doy cuenta la razón por la cual esta carrera se corre solo en equipos. En caso de correrla solo, ya habría abandonado. Recobro el habla y le digo a la Paci «quiero terminar esta mierda para no tener que volver jamás». Este día habían abandonado más de 100 equipos, los paramédicos y el hospital del campamento no paraban. En nuestra van sólo quedaba el equipo español y el nuestro. Las bicis literalmente destrozadas, sin pastillas, las horquillas ya no trabajaban.

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Día 5 Worcester – Worcester 111 km 2000 m de ascenso acumulado «sharp climbs. Sheer descents. Just like your heart rate» Subidas brutales, descensos rápidos, tal como late tu corazón.

«La única forma de terminar esto es ir de abastecimiento en abastecimiento»

La noche anterior habíamos concluido con la Paci que la única forma de terminar esto era no pensar más allá, e ir de abastecimiento en abastecimiento, no quedaba otra.

Paso por el taller temprano a buscar las bicis, están impecables, pastillas nuevas y horquillas funcionando, mi amigo del taller es un crack.

Nos encajonamos, y se nos pone al lado un tipo con café en mano, que estaba cantando «María, María, María», el nombre de la Paci que llevaba atrás en su mochila. Veo la mochila de él y tiene arriba un número 8. Esto quería decir que llevaba 8 Cape Epics. Me pongo a conversar, y le pregunto que porque sigue haciendo esta carrera, y me contesta «y porque no». Buena respuesta. Le digo que el día anterior había sido una falta de respeto y me dice que así es como todas las etapas del Cape Epic deberían ser, épicas. El tipo estaba medio loco, o quizás no tanto.

Largamos! Este era el día en que pasábamos por un parque nacional famoso, en el cual tendríamos la posibilidad de ver leones, elefantes, búfalos y otros animales, la verdad, no vimos nada, solo senderos con mucho polvo y unas subidas y bajadas bien técnicas con mucha roca suelta. La subida más importante del día fue la famosa Serpiente, que se destaca porque puedes verla desde el valle anterior, es decir, desde mucho antes empiezas a sufrir por lo que está por venir…a lo lejos ves hormiguitas trepando una subida interminable. Este fue un día en que nos sentimos bastante bien. De abastecimiento en abastecimiento. Lo que si a pesar del uso de vaselina e «hipoglós» en la noche, el dolor ya era bien persistente por lo que tuvimos que pedalear gran parte de la carrera parados. Tiempo 7h10m.

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Día 6 Worcester – Wellington 121 km 2500 m de ascenso acumulado «There may be blood. But, by now you’ll have developed a taste for it» Puede haber sangre, pero ya a estas alturas, has desarrollado un gusto por ella.

«Hasta acá no mas llegamos»

Sabíamos que esta iba a ser posiblemente la etapa más ruda, esto era a morir. “The Queen Stage”. Nos encajonamos, trato de pensar que realmente somos indestructibles.

Largamos! Comienza la etapa con mucho sendero técnico en subida, con unas vistas preciosas, los kilómetros pasaban lento, lo que afecta la mente ya que la etapa es muy larga… pero era un día espectacular, viene una parte muy rápida y abierta, nos metemos a un pelotón y seguimos a muy buen ritmo, curva cerrada a la izquierda, la Paci venía más atrás, siento un ruido muy fuerte, veo hacia atrás y la Paci volaba, veo que cae con el hombro y queda en el suelo, la habían chocado por atrás alguien que no alcanzó a frenar. Esto se ve feo, se sienta un rato y vemos si hay algún daño, el manubrio le había pegado en el pecho bien fuerte, pero al parecer sin ninguna lesión grave. Llega un tipo de la organización y nos dice que en el próximo abastecimiento debíamos ver a un paramédico. La persona que chocó a la Paci estaba muy angustiada, era un corredor local de 20 años, nos pidió perdón y nos dice si puede hacer algo por nosotros. Después supimos que le habían detectado fibrósis quística al nacer y le habían dado 8 meses de vida, era un sobreviviente, un héroe, un verdadero indestructible.

La Paci se levanta y continuamos, pasamos por un par de subidas que se hacían eternas. Llegamos al primer abastecimiento en buenas condiciones. La Paci me dice que no siente dolor. Continuamos por senderos con mucha piedra, era difícil de avanzar, en un repecho me paro en los pedales y «paf!!» chao eje del pedal derecho, se había cortado justo en la mitad. Como ya conocía los pedales crank brothers, andaba con unos pedales de repuesto en la mochila, con lo cual he sufrido de bulling en reiteradas ocasiones, pero esta vez me salvó, así que fue lo mejor del día. Cambio el pedal y continuamos, los senderos no terminaban y se hacía cada vez más pesado.

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El calor nuevamente hacía de las suyas. Llegamos al abastecimiento 2, veníamos apenas. Llevábamos más de 6 horas 30 minutos de pedaleo y aún faltaban 50 km y 1000 m de ascenso, esto se convertía en misión imposible. La hora de corte eran 10 horas. No íbamos a llegar. Estábamos más expuestos que nunca a ser alcanzados por alguna «hiena», nombre de 4 ciclistas de la organización que van cerrando la etapa. Van vestidos con tenida café y en vez de número, en su placa dice «hiena». Ellos van apoyando al último equipo, apenas abandona, pedalean para ir en busca del siguiente. La historia dice que si eres alcanzado por alguna hiena durante la carrera, es mejor que te «entregues», ya que nadie sobrevive.

Continuamos por unas viñas que estaban rodeadas de arenales, nos costaba mucho avanzar, sabía que mi cuerpo era incapaz de seguir tolerando semejante sufrimiento, era hora de abandonar, pienso en la familia, los amigos y todos los que nos estaban siguiendo y alentando en «Route», me acuerdo de un consejo de un amigo que decía «si quieren lograrlo, van a tener que desdoblarse, el físico no va a ser suficiente, la mente va a ser la que los va a llevar a la meta«. Veo mis piernas y siguen moviéndose, pero no las siento, veo qué me quedaba para comer y el bolso estaba vacío, no recuerdo cuando comí ni cuando me tragué las últimas pastillas de sal, estaba delirando.

Nuevamente estoy llorando, veo donde está la Paci, y viene atrás, venía con buena cara, o eso trataba de demostrar, yo estaba absolutamente ido, la Paci me dice «sigue, queda la parte más fácil», era para calmarme, quedaba lo más difícil. Me pasa una pastilla de sal y un gel. Me pongo atrás de ella y se cuelga a un grupo de 3. Poco a poco empezamos a tomar ritmo y comenzamos a pasar equipos, la mayoría se iban ayudando y asistiendo, pasamos a un grupo en que uno empujaba al otro y al mismo tiempo el de atrás iba afirmado de la tricota del segundo, no había visto nada semejante, esto era sobrevivir a como de lugar. Era una subida abierta, constante pero suave, empiezo a revivir de a poco, estábamos por llegar al último abastecimiento. Veo la hora y todavía lo podíamos lograr. Como todo lo que puedo y seguimos, yo estaba en muy malas condiciones, pero quedaba poco, ingresamos a un bosque donde quedaban las últimas subidas que terminaban en un bikepark con unos senderos alucinantes, al iniciar la subida aparece Alejandro, uno de los españoles de nuestra van, le preguntamos por su partner Luis, y nos dice que lo perdió, nos explica que al iniciar la etapa un corredor tuvo un infarto y que vieron como trataban de revivirlo, la presión fue demasiada para Luis y tuvo que abandonar. Alejandro iba a terminar solo, el único team de la van que quedaba en carrera éramos nosotros. Continuamos los tres alentándonos para poder continuar, no quedaba otra, empieza la bajada y yo ya no disfrutaba nada, solo quería que esto terminara, veía a la Paci disfrutando la bajada, era espectacular, llegamos a la meta en 8h56m, nos abrazamos. Sabíamos que había pasado lo peor. Más tarde nos enteramos que habían abandonado este día una cantidad importante de corredores, el total, ya iban más de 115 equipos. No era para menos.

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Día 7 Wellington – Wellington 71 km 2000 m de ascenso acumulado. «No giving up. No giving in. Give it your all» Sin renunciar. Sin ceder. Dalo todo.

«Esto es el paraíso»

El día anterior habíamos pasado por el hospital a pedir algo para la acidez, ya no tolerábamos más geles ni gomitas. Fue como entrar a un hospital de guerra, mucha gente moribunda, fue terrible. La doctora me pregunta cuantos geles habíamos ingerido los días anteriores, saco mis cálculos y le respondo que más de 30 cada uno, junto con cerca de 20 paquetes de gomitas. Por su cara, creo que no sabía si llorar o reírse, nos dice que por favor disminuyamos la ración, que realmente nos iban a hacer daño, y nos pasa unos sobres con antiácido.

Increíblemente, el cuerpo se recuperaba día a día, sabíamos que cualquier cosa sería menos que los días anteriores. Amanece lloviendo, pero el pronóstico para el día era bueno. 30 minutos antes de la largada la lluvia no paraba y se ponía cada vez más feo, le dije a la Paci que se preparara, esto iba a ser un infierno.

Nos encajonamos y escucho nuevamente la canción y al animador «ustedes son indestructibles!» Al weón lo quería matar!

Largamos! Empieza la etapa con bastante barro, igual rodábamos rápido, sabíamos que era una etapa más corta, pero casi de puro sendero, de un minuto a otro, se despeja, el paisaje es alucinante, el barro desaparece poco a poco, grip perfecto. Durante toda la etapa fue sendero y más sendero, cada uno tenía un cartel con un nombre, no sabía como podían haber puesto más de 50 km de sendero en esta etapa. Era una mezcla de «la quebrada del tigre» con «anfiteatro» interminables. Disfrutamos de principio a fin. El «flow» no paraba. Íbamos pasando y pasando corredores. Nos sentíamos muy bien, muy fuertes. La Paci me dice que ella siente que toda la gente que nos ha estado alentando y apoyando está pedaleando con nosotros, está “lleándonos”. La cara de felicidad de los dos era algo increíble. Al terminar, nos miramos, y la Paci me dice «esto es el paraíso, podría volver a hacerlo todos los días.» A pesar de esto nos habíamos demorado 5h26m, pero nos pareció como haber ido a dar una vuelta a las Varas. Creo que ya habíamos perdido todo tipo de proporciones. Fue el día que logramos la mejor ubicación, terminando en la posición 306 de la clasificación general y 21 en Duplas Mixtas.

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Día 8 Wellington – Meerendal 92 km 1500 m de ascenso acumulado «Over 700 km of hell for a moment that’ll last a lifetime» Más de 700 km en el infierno, por un momento que durará el resto de tu vida.

«Indestructibles.»

Sabíamos que era lo último, sólo debíamos cuidarnos y cuidar las bicis, la gloria estaba a un paso. Se supone que iba a ser un día fácil, pero como todo el resto de la carrera, no lo era.

Paso a buscar las bicis al taller, era hora de pagar. Con el servicio que nos habían dado, no me importaba cuanto iba a salir. Mi amigo del taller me saluda y me dice que me va a cobrar solo los repuestos, el resto era por cuenta de él. Yo no sabía como reaccionar, estaba totalmente descolocado, me quedo sin habla. Me mira nuevamente y me dice «tranquilo, tómalo como un regalo de la vida«. Nunca me olvidaré de él, eso se los aseguro.

Largamos! La primera parte era bien ruteada, atravesamos varios kilómetros de viñas y campos, el día era espectacular. Pasamos el primer abastecimiento y sabíamos que venía una subida pronunciada. Cuento corto, subimos más de la mitad a pata, llegamos arriba y la bajada era igual, muy técnica. La horquilla de mi bici estaba trancada, ya no funcionaba, a esas alturas, ya no me importaba. Llego abajo con las manos y brazos destruidos, llegamos al último abastecimiento, reviso que las bicis estén ok, y veo que los neumáticos estaban llenos espinas chicas, debían ser como 15, saco un par y sale un poco de líquido, pero sella, dejo el resto de las espinas adentro y le digo a la Paci que sigamos, faltaban 50 km. La ruta era pesada, mucho viento, nos metemos en un pelotón y llegamos a la última subida, llevábamos más de 4h30m pedaleando, nuestros cuerpos estaban agotados, no queríamos más guerra. Logramos llegar arriba, el gps marcaba 1500 de desnivel. Listo, lo hicimos…en eso nos damos cuenta que había otra subida, una más larga y más parada. Alcanzamos a Alejandro, nuestro amigo español que se había colado en un grupo para salir más temprano, está parado mirando la subida, no quiere hacerla, yo tampoco. Ya ha sido mucho. Todos caminan, nadie mira para el lado, nadie demuestra la ansiedad que siente por llegar a la meta, todos están haciendo su último esfuerzo. La Paci nos dice que sigamos, que ya estamos, que una subida más no nos afectará en nada…llegamos arriba, al otro lado se veía a lo lejos y bien abajo la meta, estábamos alucinados, era un sendero lleno de puentes, peraltes y saltos. Bajamos con una sonrisa de oreja a oreja.

Saco la bandera Chilena de mi tricota y le entrego una esquina de la bandera a la Paci, veo la meta, mil imágenes pasan por mi cabeza, alegría infinita! Me siento más vivo que nunca! Si, éramos indestructibles!

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En 8 días recorrimos 748 km y escalamos más de 16.000 metros en un tiempo de 52 horas y 6 minutos. Sin darnos cuenta íbamos escalando posiciones día a día, terminando en el lugar 348 de la clasificación general y en el lugar 28 de la categoría Duplas Mixtas. Nos transformamos en los primeros chilenos en correr y terminar la carrera por etapas más importante y dura que existe.

¿Si lo volveríamos a repetir? De todas maneras…uno desarrolla un gustito por la sangre, y ya sabemos, los límites están en la mente.

Y para finalizar, un reconocimiento especial para nuestras máquinas, las Anthem Advanced 27,5 de Giant, que se portaron increíble en las 52 horas de un trato realmente brutal.

Un gran abrazo, nos vemos en el cerro y gracias infinitas a todos los que nos acompañaron en cada día de esta aventura.

Les dejamos nuestros datos por si tienen interés de participar en alguna de estas carreras y necesitan algún tipo de ayuda.

Paci Lizama, embajadora Liv Cycling Chile Pacilizama@gmail.com

Eugenio Parra, embajador Giant Chile Eugenio_parra@hotmail.com

Links de interés

www.cape-epic.com

www.outdoorsweek.cl

www.transandeschallenge.com

www.bcbikerace.com

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